El Marquesado se pone la máscara

El certamen recién concluido transforma a agricultores, carteros, estudiantes o arquitectos en actores.

Roxanne nació entre lechugas, por eso es tan fresca como una de ellas, alegre, vivaracha y divertida como corresponde a una actriz de cabaret. Roxanne nació mientras Verónica Rodríguez recogía lechugas en los llanos del Marquesado y cosechaba ideas sobre el personaje que puso en escena el pasado 4 de agosto en el Certamen de Teatro del Marquesado. Así, mientras los actores desempeñan sus oficios cotidianos, nacen muchos de los personajes de esta muestra teatral, la única en Andalucía, o una de las pocas en España, que mantiene desde su nacimiento, hace más de tres décadas, el carácter netamente amateur de las obras que se ponen en escena.
Este año, Alquife actuó como pueblo anfitrión del resto de las localidades del Marquesado que se retan con sana rivalidad sobre el escenario. Los premios son siempre una recompensa ansiada por los grupos locales. Desde el 30 de julio hasta ayer mismo, Alquife se convirtió en la capital cultural de la comarca accitana y el lugar al que fueron a parar cientos de horas de preparación y ensayos multiplicadas por cada uno de los pueblos que participaron en la cita.
Los 'teatreros', como las golondrinas, anuncian la llegada del verano, tal y como reconoce la actriz alquifeña Belén Cuerva. El comienzo de los ensayos en cada pueblo coincide con el del verano y las reuniones en la puerta de los locales de ensayo es puntual. Eso sí, en la mayoría de los casos los actores son aves nocturnas y rara vez los ensayos comienzan con luz del día. Las obligaciones laborales de los actores obligan a los distintos grupos a comenzar sus preparativos siempre más allá de las diez de la noche.
Verónica Rodríguez trabaja desde primeras horas de la mañana recogiendo lechugas en los llanos del Marquesado. Este año, el inicio de la campaña ha coincidido con el de los ensayos. El tiempo se convierte en un lujo. Su grupo, ESO es Teatro, de Huéneja, decidió montar una obra colectiva de inspiración propia, 'La vida es un...', razón por la que las ideas sobre su personaje navegaron a diario sobre un mar de lechugas.
Trucos del oficio
Verónica suple la falta de tiempo con la experiencia y la ayuda del resto de componentes de la compañía. La actriz inició su andadura como actriz de este festival hace 11 años, tiempo suficiente para aprender algunos trucos del oficio, para darle continuidad a su afición y para asistir a diversos talleres y cursos con actores profesionales que le permitan avanzar en su arte, aunque para ello tenga que comenzar cada día tras ocho horas de trabajo en el campo.
No obstante, a pesar de su constancia, Verónica no ha conseguido aún un primer premio individual, aunque sí algunas nominaciones, lo que le permite calificarse como 'la eterna nominada'.
Francisco Zamora, del grupo Argenteira, de Lanteira, comparte oficio con Verónica. No tiene ni premios ni nominaciones que lucir en su historial y a diferencia de Verónica este ha sido el primer año que se subía al escenario. Quizá alguna actuación en el colegio es la única reseña en su currículo como actor. Él acudió al llamamiento a principios de junio por curiosidad, por un «a ver qué tal se me da».
Los personajes -independientemente de que sean honrados o pícaros- son siempre ladrones de sueño y tiempo libre para los actores y actrices que les prestan su cuerpo. La preparación de su papel ha sido, reconoce Francisco, «bastante difícil» y su principal dificultad, la disponibilidad de tiempo. «Yo soy la persona que más temprano se levanta todos los días y, normalmente, el resto del grupo no puede ensayar hasta las 10 o las 11 de la noche», comenta. Así se construye un personaje en el Certamen de Teatro del Marquesado.
Igual que él, pero en el Valle del Zalabí, José Luis Peña se queja si sus compañeros no acuden puntuales al ensayo nocturno programado a las diez de la noche. Juan Luis trabaja como soldador en la planta solar Andasol. El despertador le llama cada día con independencia de la hora a la que haya terminado el ensayo y se muestra poco comprensivo con sus inclinaciones artísticas.
El Regreso, del Valle del Zalabí, entra por primera vez en el certamen amateur. Quizá por ello su promotora, Silvia Martínez, ha sido prudente y ha buscado una obra -'Olvido, Olvídame', de José Cedena- con solo cuatro actores en escena. Junto a José Luis y Silvia, Álex Jiménez (comercial) y Deborah Hernández (estudiante), han aprendido sus papeles ensayo tras ensayo con nocturnidad y bajo la mirada de un grupo de espectadores voluntarios que limaron algunos aspectos de los personajes en los ensayos. Su participación en el certamen causó expectación en la localidad y cada noche fueron varias decenas de vecinos los que acudieron al salón de actos Torcuato Ruiz del Peral para seguir su progreso.
Los estudiantes que residen fuera de las localidades del Marquesado componen un número importante de actores. Esperanza Tapias, de Lanteira, hizo su último examen, el de Macroeconomía, el 30 de junio. En un tiempo récord ha tenido que dar vida a su personaje, la actriz de 'Obra sin título', de Federico García Lorca. Con los libros aún calientes, Esperanza comenzó a estudiar su papel «aunque no es lo mismo».
La recompensa del aplauso
Hacer teatro para todos estos actores amateurs es mucho más divertido que estudiar, aunque la recompensa solo sea el aplauso del público una sola vez. Muchas de las obras nacen y mueren en el escenario del propio certamen. «Pocas piezas tienen la oportunidad de mostrarse en otros sitios», es la queja de Francisco Sánchez, actor, director y autor de la obra que este año presentó al certamen el grupo Okapi, de La Calahorra.
Francisco Sánchez conoce el certamen desde sus comienzos. Francisco compagina su oficio de autor teatral con el de cartero. Este año su grupo puso en escena una de sus creaciones, 'Salgo en la tele', que critica el ascenso y la fama fácil de la fauna televisiva. El certamen ha sido, hasta el momento, el gran escaparate de su trabajo como dramaturgo. Junto a Lorca y Alfonso Paso, quizá él sea uno de los autores más representados a lo largo de las 31 ediciones del certamen.
Francisco lamenta que la emigración se haya convertido en uno de los riesgos ocultos de esta muestra teatral. Los pueblos del Marquesado cada vez ofrecen menos actores a los grupos de teatro amateur que mantienen vivo el certamen. No obstante, la fidelidad de algunos actores se expresa en kilómetros de carretera para cada representación. Belén Cuerva, de Alquife, ha pasado buena parte del verano en la carretera para acudir a los ensayos, siempre a las diez de la noche. Ha tenido que unir su oficio como aparejadora en Almería con su afición al teatro y las distancias no le han importado.
También hay actores que preparan su papel a distancia. Durante muchos años, Manuel Beas residía en Barcelona y lo preparaba en solitario. A su regreso a Lanteira solo tenía que acoplar su rol en los últimos ensayos. En ese tiempo aprendió algunos trucos, como el de aprender sus diálogos mientras realizaba alguna actividad laboral, de manera que relacionaba algún movimiento con la memorización.

Noticia extraida del ideal.es

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